Voy al encuentro
de esa mujer, que un día decidió cruzar el horizonte
Dejando atrás su
zona de confort, para seguir redescubriendo que solo ella importa realmente
Todo lo demás es
complemento, mismo las personas con las que vamos interactuando día a día.
Todas representan un algo de valioso que nos transmite, nos complementan.
Voy al encuentro
de esa mujer que un día sintió la libertad en manos del viento, en una caída libre
sin más que ella misma para reinventar su esencia.
Busco esa mujer
que largo las amarras y dejo atrás lo que por instante detuvo su andar. Hoy me
pregunto qué freno mi recorrido. Que sepulto una vez más la libertad. Que
castro el placer de soñar.
No creo que haya
sido el miedo, el temor al fracaso esta fuera de cuestión. Si de relaciones hablo
no siento que hayan fracasado, apenas vivieron el tiempo que deberían de
perdurar.
No creo que la
ecuación de muchos años de vivencia juntos, sea sinónimo de verdadero amor, o
de felicidad plena. Que ello represente estabilidad, seguro que sí, que es
hermoso también lo creo. Pero no por no haberlo logrado yo, signifique que
falle.
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