jueves, 25 de enero de 2018

Hace mucho que no aporto al crecimiento de mi Blog, y creo que la razón fundamental es que he estado ocupada. O talvez…NO ME HA PASADO NADA.

 Sí (Textualmente ocupada), una nueva etapa y eso me aparta de algunas cosas que he podido conciliar antes, la escritura es una forma de purificar lo que nos va por dentro, es como el llorar cuando estamos tristes, o el sonreír si estamos alegres. 

 Pero si quiero aprovechar este momento para volcarme una vez más a ello. Compartir nuevamente esa experiencia que solo quien busca la compañía arduamente, entiende. Y que muchas veces, la prisa solo nos trae el cansancio y las malas escojas. 

Es como cuando entramos en una tienda llena de saldos, cogemos lo que no nos hace falta, y nos disculpamos porque estaba a buen precio, o casi regalado. Luego abrimos el closet y vemos que aun conservan las etiquetas, pues no la hemos usado jamás. 

 En mi búsqueda, para llenar ese vacío junto a mi almohada, encontrar esa persona que llenará el espacio que dejo una relación de 24 años, y una segunda tentativa de 7 años. Encontré a alguien que de una manera u otra parecía ser la persona ideal. Por Internet nos conocimos, ambos buscábamos esa otra mitad, que estuviera allí en nuestra vejez, que nos consintiera, que nos recordará que aún podíamos amar y creer en castillos. 

 Por segunda vez, deje atrás mi zona de confort, mi trabajo, mi independencia y con la maleta cargada de deseos fui al encuentro de aquello que presuntamente sería perfecto. Y esta vez no diré tras un sueño, sino tras un deseo. 

 Hoy más que nunca y sin parecer dramática, creo que sólo yo he desencadenado los fracasos amorosos de mi vida, le dí peso y vida al boomerang, e fui evidenciando situaciones que me llevaron a ver en la realidad aquello que proyecte al Universo. 

 Todos los que se presentan en nuestra vida, desde las personas que consideramos como amigos o seres queridos hasta las personas que vemos como enemigos o desconocidos, lo hacen en respuesta a nuestras preguntas silenciosas, creando una estela energética. 

 No solo pregunté por esa persona, sino que también pregunté por los rasgos de carácter de esa persona. Encuentro difícil aceptar esto cuando pienso en muchas de las características no deseadas de las personas en sus vidas. 

 Te aseguro que tú al igual que yo afirmaríamos que nunca pediríamos experimentar algo que es tan indeseable, porque creemos que pedir algo significa "pedir algo que se desea". Pero al "cuestionar" nos referimos a proporcionar una vibración uniforme... Innegable es que no hubiera atraído gran parte de las relaciones y experiencias que he atraído si lo hubiese hecho a propósito, pero mucha de mi atracción no viene desde una intención deliberada, pero más bien desde la inconsciencia.

Hoy comprendo que obtengo lo que pienso, lo quiera o no. Y los pensamientos a largo plazo de cosas indeseadas atraen o demandan experiencias inequívocas. 
Esta famosa ley de la atracción se ocupa de ello. Las relaciones, o crear junto con otros un sendero juntos, nos torna responsables de casi todo el contraste en nuestras vidas. 

Seguro que no te suena extraño? Hoy llegó a casa y se fué directo a tomar una ducha, no me dio un beso, ni me pregunto como estaba o como me fue. Mañana un escenario parecido, es sábado, desde que amanece no sale de la tele; Sky, Futbol, caza y pesca, ciclismo y formula uno. DISPARAN NUESTRAS ALARMAS, Comenzamos a elucubrar posibles escenarios, pero todos van a una sola dirección, ya no me ama. Y cuando la situación lleva unos días y soltamos la pregunta: Te pasa algo? Y seguimos, HE HECHO ALGO POR LO QUE ESTES MOLESTO? Me has dejado de AMAR? 

RESPUESTA QUE IMPACTA PERO QUE YA VEIAMOS VENIR. “YA NO SIENTO LO MISMO”. 

 Somos responsables de los cuidados en nuestra vida y de sus mayores placeres. Creo que saber escoger una pareja cuando se tiene una cierta edad, debería ser como escoger nuestras mejores cremas de rostro. Y no solo comprar una crema por salir del paso. 

No quiero ser reiterativa pues ya lo habia dicho antes pero solemos elegir desde la soledad a pesar de que ya seamos muy independientes, pero queremos que alguien llene el vacío de ese lecho que dejo de tener momentos a dos. Me olvide que hay un sin fin de horas que compartir y que las diferencias abismales me han llevado al chasco. 

 Pero lo más importante de cada uno de estos fracasos o relaciones que he experimentado ha sido la base de la mayor parte del crecimiento que he logrado. 

 También es cierto cuando digo que las relaciones que he tenido en mi vida son la razón de mi capacidad de alegría o dolor en cualquier momento. En pocas palabras, si alguien no me hubiera alentado a crecer más, no podrías haber sentido el dolor de no poder mantener ese crecimiento. 

 La interacción, el enredo y la creación común en las relaciones mejoran en gran medida nuestra experiencia individual. Nuestra mayor alegría y nuestro mayor dolor provienen de la base de las relaciones que vamos forjando día a día y a las que nos son propias, pues surgimos de una familia.

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