domingo, 29 de noviembre de 2015

Monologo

Ayer conversando con una amiga, me iba dando cuenta en cada a frase que decía, reflejaba una historia repetida  en su vida con otros personajes, con otros motivos, que el cruzar las márgenes de un rio caudaloso, suele ser muy dolorosa cuando dejamos o nos dejan en la otra orilla del rio.

El desprenderse de los afectos suele fustigar el alma y enajenarnos en miles de preguntas que se atrapan sin respuestas y cabalgan sin contener las ansias, el desasosiego.

Yo le decía que huir no es la mejor salida, sino enfrentar el dolor mismo, lavarse el rostro mirarse al espejo y preguntarse si realmente la imagen que se refleja no vale inmensamente, para buscar en el brillo de la transparencia que refleja su verdadera razón por la cual luchar.

Mientras trataba de animarla, el eco de mis palabras penetraba mi mente y por instante me di cuenta del inmenso monologo que estaba teniendo.  Y que esas palabras realmente las redireccionaba a mi reflejo en el espejo.


Sueños que como pompas de jabón declinan su ascendente vuelo, para que al reventar las chispas del agua nos torne a la realidad. 

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